martes, 29 de mayo de 2012

Motivación

El estado es una de aquellas construcciones humanas cuya presencia es invisible como una tenue neblina gris que rodea todas nuestras acciones, pero su ausencia frente a las consecuencias negativas de sus actos es inevitablemente notoria, aún mas cuando esa ausencia pareciera ser apropósito.

Respecto al estado, he de reconocerlo, soy ignorante, incluso para definirlo, pues mucho se ha hablado de él y seguramente cada generación lo habrá conceptualizado e interpretado a su manera. Desde mi óptica el estado debería ser el ente administrador de los concensos de los habitantes de un territorio (asumiendo que dichos habitantes sean responsables de sus actos, es decir, se autoregulen), pero en cambio es para mi un sistema de protección de los intereses de los que ostentan el poder. De allí la siguiente afirmación: el estado no existe; o mejor aún, el estado actual, tal y como se evidencia ante mi, no debería existir, aunque quizá tampoco nunca exista ese estado ideal que anhelo.

¿Es acaso la exigencia de derechos de un ciudadano una pelea de David contra una legión de Goliats, o el estado, a pesar de sus notables falencias puede garantizar el cumplimiento de los derechos de sus ciudadanos? Es esa la respuesta que pretendo contestarme durante el proceso que ya he iniciado y que comunicaré a través de éste blog

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