Me pareció curioso que al momento de inscribirme a los encuentros ciudadanos me preguntaran la organización a la que pertenecía, como si ni bastara con ser un residente del sector. La razón la entendí un poco después: era raro que individuos participaran a nombre propio.
El primer encuentro ciudadano fue organizado en varios días y lugares dependiendo los territorios en los que fue dividida la localidad de los Mártires de Bogotá; a su vez cada espacio fue dividido en varias mesas de trabajo. Recorrí todas las mesas e ingresé a la mesa de renovación urbana, en la que varias personas discutían los mismos temas que yo quería tratar : las basuras, los habitantes de calle, el mejoramiento del sector y el plan centro y sus implicaciones.
Ese día me sorprendió que todos los asistentes compartíamos las mismas problemáticas, aunque aveces con puntos de vista opuestos sobre el mismo problema. Me molestó la falta de organización de los participantes, el ansia de protagonismo de algunos y que el moderador permitiera a los participantes repetir una y otra vez los mismos problemas, a pesar que cada quien ya los había escrito en una pequeña cartulina, sin embargo me gustó haber asistido, aunque mi participación se limitó a intervenir para evitar que el proceso se entorpeciera repitiendo las quejas que todos conocíamos. También se hablo de cosas que escuchaba por primera vez, como del acuerdo 13 o las asociaciones de propietarios frente a los proyectos de renovación urbana, el conocimiento ciudadano del hampa que como una sobra invisible cubría el sector, pero sus actos se evidenciaban en el deterioro y la inseguridad, también se habló de las zonas de tolerancia y del empoderamiento y uso de los sistemas de información para vigilar y mantenerse informado de las acciones de la administración local; y mientras esto ocurría, anotamos las soluciones propuestas en otra cartulina, obligándome a resumir el texto que había preparado en una hoja completa, en unos cuantos renglones.
Al finalizar, después de que el alcalde local se presentara, las señoritas que hacían de facilitadoras (no estoy seguro si eran IDPAC o del CPL) terminaron de anotar en una cartelera lo que los participantes habían expresado, y para mi sorpresa, la sesión terminó sin debatir nada. El moderador solicitó postulaciones para ser comisionados, se autopostuló y a mi pregunta de qué hacía un comisionado, contesto indicando que es una actividad que demandaba tiempo y compromiso, lo que me hizo desistir, sin embargo, cuando le pregunté una mujer mayor que había sido postulada si me mantendría informado, me instó a que me postulara yo mismo, ya que ella no estaría presente en el proceso. Pensé que la mejor forma de hacer seguimiento a mis propuestas era continuar con el proceso hasta el final y me inscribí.
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